viernes, 7 de octubre de 2011

Miradas que ven, miradas que sanan...

Discurre calmo y vital el arroyo de la vida...

Mariela de los Congos Belgas, Generala y Soldado, Payaso y Cocinera...

Griselda, Luminosa y Libre, ilumina y libera...

Subiendo cumbres de paz, en Capilla del Monte.

Cóndores del Sur que elevan la Humanidad.

Un rayo de Sol que nos aleja la noche.

23/09/11


Hoy, el Universo parió mellizas


Es la madrugada del 23 de Septiembre de 2011.

Estoy en la casa y en la cama de mi amiga Griselda, psicóloga de almas nobles y cautivas, sanadora de verdades que lastimaron, maga de la noche de los tiempos.

Griselda trabajó hasta ahora en el Servicio Penitenciario.

En los Juicios por la Verdad que se sostienen en nuestra capital, Griselda es la servidora que lleva la luz divina y el amor a lo más profundo del dolor.

Está camino a Córdoba, en su vuelo inicial, donde sus alas de cóndor acariciarán la Argentina que aún duele, con plumas que consuelan y sanan.


Mi hogar en La Paz, está custodiado por Mariela.

También psicóloga, también diadema, también su misión es liberar. Liberar de la ignorancia, de la oscuridad, del miedo a volar, del miedo a sentir. Liberar de la tristeza de no ser y no saberse.

Otorga alas y reparte rayos de Luna, anima sueños y teje tapices solares.

Mercedaria como yo, estamos saliendo de nuestras cárceles emocionales, y el Sol Central de la Galaxia nos recuerda , día a día, que Todos Somos Uno, y que nuestro destino común de Humanidad es Ser Luz.


Gracias a la Vida en esta Primavera , por permitirme ser un vértice de este triángulo de paz, amor y libertad.


Escucho el Padre Nuestro en arameo al pasar estas palabras, y digo: “....Venga a nosotros tu Reino...”.

Así Sea . Así Es.



Griselda, la que Restaura Alas y Corazones


Con su paso firme de guerrera de la Paz, con la mirada fija en la meta, había olvidado descubrir su brillo y su belleza para sí misma.

De pronto, se reconoce refulgente de Amor, incandescente de Verdad, admirada por sus pares, estandarte de Justicia, amada por los que nos sentimos atraídos hacia sus dominios de Paz.

Humilde y digna, su camino interior sabe de peregrinajes dolorosos y verdes valles donde se danza en compañía de elfos y hadas.

Rocío y Candela, agua matinal y luz cotidiana, son remansos frescos donde sus pies ajetreados de cárceles e infiernos descansan confiados.

De una generación que dió sin medida, aprende a recibir, a pedir, a darse lugares de paz y sosiego.

Con sangre de constructores, en la minga, con su silencio que aturde amasa el barro que será cobijo y contento de multitudes. Tesonera, paciente, diseña sin saberlo la que será su corona nupcial.

Esbelta , graciosa, payasa, baila en un solo viaje sin escalas un rock, una cumbia, una guarania y una sinfonía.

Rodeada de miríadas de ángeles que le abren camino con fragancias de copal, lleva el diamante de la Verdad y la Justicia a lo más oscuro del inframundo.

El Cielo la eligió portadora de la antorcha de la Paz, y ella, dócil, danza junto a nosotras, su bandada, su camino de estrellas y madreselvas en flor.



Mariela de los Congos Belgas


Se siente eterna, se sabe eterna. Para ella, cinco minutos se alargan hasta ser dos horas y media, y “mañana” es dentro de 15 días. Sus tiempos son demorados, intensos, húmedos...

Con su generosa estructura acuariana, Mariela rompe diques y el agua salada cae dulcemente por sus mejillas, lo mismo si desgrana tristezas que si relata alegrías emocionadas de luna.

Una abuela india le dió su olfato de loba, y “La Araucana” de Echeverría le regaló a sus 7 años la fiereza de tigresa indómita y libre.

Con templanza de generala y ternura de virgen, adiestra a ávidos jóvenes, varones y mujeres, en el antiguo arte de enseñar y aprender.

Enseña emociones, aprende firmezas. Transmite confianza y admite errores propios y ajenos en su madurez femenina y sabia.

Cuida niños lastimados con colores luminosos y música de las estrellas.

Pionera en el trenzado exacto de cuerpo, mente y alma, se despliega en ideas de paz y salud. Y se vuelve caracola cuando no es vista por quienes ama.

Es bruja por titulación universitaria y postgrados en bares y rondas de guitarras.

Artista espontánea, en la ventana del occidente de su hogar un mandala de cinco mininos peludos duerme en un canasto de mimbre. Dulzura hecha vida, pasión en flor.

Aprende a dar amor en forma de guisos olorosos y sabrosos tacos “sui generis”, y disfruta del buen vino con deleite de paladares griegos.

La vida le presenta siempre nuevos desafíos y ella accede, suave y bien dispuesta, a caminar de la mano de las sensateces del sinsentido.

Con mirada de cielo, oído de tierra y manos mansas, amansa dolores y conjura risas otoñales amarillas.

Es que esta mujer, hermana, amante y guerrera, domina a la perfección el arte de tejer la vida con hilos coloridos de grillos nocturnos desvelados de amor.


Emma Violeta Chauvy

2 comentarios:

  1. qué maravillas de vida, de testimonio de bondad y belleza... y tu relato precioso!

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  2. Muy bellas imagenes , lindo y agradable texto
    RickyGlew

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