jueves, 17 de mayo de 2012

El tema de la seguridad

                    El árbol de la vida...que siempre lo tengamos presente!!!




10/05/12

El tema de la seguridad

En mi pueblo están sucediendo hechos delictivos, de mayor o menor envergadura.
La sociedad paceña está convulsionada.
Reuniones, asambleas, foros ciudadanos se suceden en diferentes espacios.
Hace un mes, Francisco, mi hijo de 22 años, que pasaba su Semana Santa en La Paz, fue asaltado, golpeado, pateado en la cabeza, violentado.
El sentimiento que me provocaron los golpes fue de enojo.
Si yo trabajo siempre con la meta de un mundo más igualitario, porqué a Francisco?
Si yo colaboro siempre que tengo oportunidad con niños y adolescentes en riesgo, varones y mujeres, porqué se le devuelve esto a mi familia?
Recordé que a veces la Vida nos pone piedras en el camino para que las removamos y criemos músculos de amor. Pude agradecer con otra mirada: Francisco tenía heridas de poco consideración y todo se solucionó con una semana de reposo para que su psiquismo, que era lo vulnerado, vuelva a su lugar y a su orden sano. Pudo ser peor, y fue liviano.

Einstein descubrió que E= m.c2
Esto significa que nuestras energías, lo que pensamos, lo que creemos, lo que sentimos, nuestras palabras, la forma en que nos conducimos y nos expresamos, se convierten en materia, en hechos, en realidades.
La materia sigue a la energía”, me enseñó una profesora que sabía mucho de física y química.
Nos cuestionamos si nuestros creencias acerca de la seguridad son nuestras, o son mandatos-creencias de nuestro medio familiar o social?
Nos damos el tiempo de reflexionar si las creencias que nos rigen como látigos sociales nos son útiles o nos obstaculizan la vida?
Evaluamos en profundidad las fuentes de información que sustentan y dan base a nuestras formas de pensar y nuestros fundamentos de Vida?
Creo firmemente que si a nuestra ira y a nuestro enojo justificado, los transformamos en pensamientos, creencias y acciones centradas en palabras tales como honradez, honestidad, compromiso y solidaridad, tarde o temprano la tensión social y el delito cederán en La Paz, con conductas creativas y activas.
Una sociedad evolucionada y próspera necesita que todos sus actores, también vos y yo, nosotros, nos enmarquemos en valores de vida.
Y seremos la “herencia bendecida” que profetizó Don Linares Cardozo en su oda paceña que revive fraternas fogatas de esperanzas.

martes, 8 de mayo de 2012

La gata audaz


30/04/12

Para mis amigas y amigos que se animan a volar y construir sus sueños. Para los que se atreven a ir “para atrás” cuando se equivocan, aunque sea con miedos y alguito de cobardía.



           La gata arriba del árbol, y el caballero haciéndole el aguante...!!!

La Luna, resplandeciente y juguetona.


La gata audaz

Había una vez una gata osada que quería ver la Luna de cerca.
Miró un árbol del cielo, un ligustro, un aguaribay, y eligió el primero para acercarse.
Trepó rápidamente y llegó a la horqueta donde el árbol se separaba en tres. De allí saltó a la rama más fuerte.
Y miró la Luna. Se la veía bella, resplandeciente, con sus luces y sus sombras tan unas en ese disco redondo. Se quedó extasiada, viendo su brillante meta y su osadía.
De pronto, quiso bajar. Y halló que no era fácil.
Caminaba por sobre su rama, maullando quejumbrosamente y pidiendo ayuda. Miedo...susto...
Pronto vinieron sus hermanos gatos de la casa, y le dijeron:
--Llama más fuerte, la dueña te oirá y te bajará con una escalera--.
Pero la dueña, que se había puesto moderna, le dijo:
--Eres responsable de tus actos, si has subido, estoy segura de que bien puedes bajarte sola, yendo para atrás--.
Y sacó una foto documental y cerró tras sí la puerta del fondo.
--Si la dueña confía en mi, es porque seguro lo puedo hacer--, se dijo la gata osada.
Caminó, gimió, y de pronto se dió cuenta de que retrocediendo estaba en tierra en dos saltos.
La Luna, picarona, le guiñó un ojo al árbol del cielo, y se rió para adentro.
Y el Sol, que estaba del otro lado, y que tiene un oido muy, pero muy fino, y había seguido toda la escena, soltó una carcajada.
La risa soleada hizo desprenderse una hoja del árbol del cielo, que planeó divertida, y ya en tierra se distendió y rió con alegría.
El olor a hierba fresca era un manto que anunciaba dulzuras.


Emma Violeta Chauvy Barolin