domingo, 26 de febrero de 2012

Un perro que me ladra

 Gato interpelado al fondo, Cancan-cuscus, nuestro limonerito con sus frutos.


 Mi perro Weimaraner, braco de Weimar, excelente olfato, inteligencia destacada...

                        Buen guardián, se alborotó el vecindario!!!!


       Toreando las estrellas, digo yo...se pasea con "la presa" en la boca...



Un perro que me ladra

Empecé el año desbarrancándome.
Padezco una vulnerabilidad que los médicos tradicionales denominan “transtorno bipolar”.
Si me stresso en demasía y no tomo los recaudos adecuados,caigo en una crisis de la que, desde el sistema de salud actual, solo salgo con internación.
Volví a mi casa hace 20 días, con todas las magulladuras del alma en carne viva.
Todo era dolor, tristeza, angustia, ausencia de deseos de vivir. No tenía ganas siquiera de cocinar ni comer, que son pequeños placeres que siempre están.
Como estoy aprendiendo a hacer, dejé todo en manos del Agua y la Tierra, el Aire y el Fuego.
Pedí al Cielo y a la Tierra las personas precisas que me acompañaran en mi restauración, y aparecieron Leonardo, Yanina, Mariela, Ricardo, Griselda, Candela, Cristina, Estela, Marisel...
Eran apariciones momentáneas en instantes en que necesitaba recibir “amor del bueno”.
Un día, en mi soledad, deshecha en llanto, pedí a Dios y a la Madre alguien a quien dar y de quien recibir amor.
Siempre digo que mi Dios, es un Dios chocarrero, ama el humor y las sorpresas...
...y apareció él, Cancan-cuscus!!!
Es el perro de un vecino, que, por las razones que sea, lo deja afuera sin agua y sin comida.
Cancan-cuscus destila miel en su mirada, su piel es sana y su ladrido despierta al vecindario enojado, con voz de tambor cósmico.
Su “toreo”, como decía yo de niña (en mi infancia los perros
toreaban”) es muy expresivo: o pide agua, o comida, o mimos, o simplemente me dice que todo está bien.
Dialoga respetuoso con mis gatos y gatas, les dice que los reconoce como “habitantes originarios” de la casa y que el solo pide su lugarcito.
En su primer noche, le puse una manta roja para que descanse: tomó la manta por una de sus puntas y la sacó a pasear por el jardín, como diestro torero que reta a las estrellas a cambiar de posición.
Hoy sábado, mi perro “part time” duerme en mi fondo veraniego, al lado de nuestro limonerito cargado de perfumes. Comió fideos con queso, un resto de mi cena, mientras le cocino su comida.
El césped está cortito, la alegría está en alza, las lantanas hacen pequeños incendios frescos y amarillos.

Yo escribo con mi mate con burro y almendras, y Cancan-cuscus descansa el reposo de los sabios: los que aprendimos a hacer de tripas, entripados y entuertos un nuevo corazón para la Vida.


P/D.
Cancan-cuscus es un braco de Weimar, o Weimaraner. Otro día les mando la reseña de su estirpe de rey.
Olfato excepcional e inteligencia casi humana”, dice el reporte....los pares nos encontramos!!!

Los dejo con lo mejor de la música  de nuestro país , bello...
..."los perros ladran, cumpa, y no sabemos que quieren decir...
...hay cosas irrompibles, todavía, como la Luna...
... las cosas invisibles, protegen la verdad de la mentira..."
Coplanacu, "Canción de fuego".