miércoles, 3 de noviembre de 2010

La conciencia de ser aromito

03/11/10



La conciencia de ser aromito



Acerca de la individuación y la diversidad.

Nuestra vida interior aveces se semeja a un árbol, con sus raices en la oscuridad calida de la madre Tierra y sus hojas que hablan con el infinito de afuera ...

Hay árboles que dan frutos que alimentan, algunos que dan buena madera, otros proveen de sombra al peregrino.

El aromito de nuestro bosque espinoso, maneja otras sutilezas.

De escaso porte y buenas raíces, posee espinas de tamaño mediano para cuidar distancias saludables.

Sus hojas, que no caen en invierno, son usadas en cocción por los paisanos para curar infecciones severas y cicatrizar heridas, tanto en la piel como en el estómago. Su follaje también es comida para cabras vivaces y virachos del monte.

Sus flores amarillas y perfumadas de libertad, anuncian la primavera que recrea la vida.

Y son los aromitos, los renuevos como los llamamos en mi tierra, los pioneros que retoñan cuando el monte ha sido talado, dejando en blanco sobre negro la supremacía de la Naturaleza por sobre la mano y el corazón poco reflexivos del hombre apresurado.




Emma Violeta Chauvy