miércoles, 20 de abril de 2011

De nuevo a adultos cristal


20/04/11

Observo el cambio adentro mío y a mi alrededor. Una generación que por circunstancias y estímulos externos debió ganarse el lugar con la pluma y la palabra. A veces mostrando uñas y dientes.

Hoy nos damos el tiempo de la pausa.

Reflexionamos, nos corremos de lugares de dolor y nos disponemos a construir en comunidad el mundo de paz que es nuestra misión en esta vida.

Información importante: leer en la red niños y adultos índigo, niños y adultos cristal.



El cambio: de nuevo a cristal

Tengo el alma blanda, la mente entrenada para discernir, el corazón abierto a sentir y los sentidos atentos a percibir lo que sucede adentro y alrededor mío.

Pertenezco a una generación que tiene entre 35 y 55 años. Un bloque histórico.

Fuimos la primera oleada de niños cristal, nacidos allá por los '60.

En nuestro país, nuestros índigos revolucionarios predecesores cantaban: “--Que lindo, que lindo, que lindo que va a a ser, el Hospital de Niño' en el Sheraton Hotel!!!--”...

Cruel desengaño. La guadaña atroz segó la vida de los 30.000 que nos abrían el camino. Los hizo mártires. Nos dejó sin vanguardia, sin líderes. Sembró el miedo, hizo proliferar el “no te metás”en los espíritus débiles. Desarmó nuestras filas.

A mis 30, me reencontré con lo que quedaba de nuestro ejército de Vida y Paz.

Cantábamos, con los de 20, allá por los ' 90: – “ Aprendimos a quererte..”.-- y – “la rabia, imperio asesino de niños, la rabia se me ha podrido el cariño...”--...

Éramos niños grandes, sin poder crecer, dolidos por la muerte de nuestros hermanos mayores.

Sufrientes, resentidos, sensibles, amantes de la vida, activos, rebeldes. Atropellados. Siempre barriales, siempre solidarios.

La Vida, paciente, hábil, esperanzada, nos pulió. Nos abrió puertas, nos restauró sueños, nos volvió visionarios.

Nos proveyó de fortaleza emocional, nos dispusimos a aprender y a cambiar. Reaprendimos a escucharnos, a escuchar y a expresar amablemente nuestras coincidencias y nuestras diferencias. A organizarnos. A veces aún impulsivos y atolondrados. Comenzamos a ser mejores personas y a relacionarnos sanamente con nuestro entorno.

Y volvimos a ser lo que fuimos: Cristales. Una generación con el amor, la paz y la justicia en los genes. Y la alegría de Ser, en la presencia de Guerreros y Guerreros Mansos del Amor y de la Vida.



A mis hermanos y hermanos de generación, desde mi atalaya, con amor y certezas.


Emma Violeta Chauvy

domingo, 17 de abril de 2011

Chispas

16/11/04


Chispa

Soy chispa valiente que se anima a encender fogatas con leños que fueron tristes y húmedos.

Aguerrida, reincidente en el intento, luminosa, esperanzada.

Cambiando siempre el ángulo de llegada, para lograr mi meta.

Perseverante y disciplinada en transmitir la Luz y el Calor que recibo del Cielo y la Tierra.

Para animarme a ser chispa, tuve que aprender a reconocerme efímera y eterna en la hoguera mayor del Universo.

Y hoy me siento infinitamente grande en mi pequeñez, eternamente diminuta en mi esplendor de mujer ardiente y amante de la Vida.


Emma Violeta Chauvy Barolin


miércoles, 6 de abril de 2011

La fantasia de controlar el entorno

18/03/11

La inútil fantasía de controlar el entorno


En los momentos poco felices de nuestra vida, tenemos la ilusión voluntariosa de querer que el mundo funcione según nuestras reglas y nuestros principios.

En nuestra vanidad, queremos que nuestros padres y familiares se asemejen a la imagen ideal que nos hemos construido de ellos, que nuestros hijos actúen de manera que satisfagan las normas que nos imponemos.

Enorme y pesado lastre que nos ata a la mediocridad y nos impide tomar el aéreo vuelo, para ver desde arriba la abundante prodigalidad de la Pacha Mama y la rica diversidad de lo creado.

El soltar este deseo insano de controlar, supone dejar el timón de nuestra barca airosa en las manos diestras de la Vida.

Es saber que podemos ser señoras y señores de nuestros pensamientos volátiles, nuestras entrañables pasiones , nuestras reacciones , nuestras acciones.

Implica un espacio de introversión y la diaria disciplina de revisar nuestra conciencia, y soltar aquellas conductas propias que nos hacen daño y nos esclavizan.

Dominarnos, ser dueños de nuestras palabras y decisiones cotidianas, cambia el entorno. La amabilidad interna trae cordialidad en el afuera.

En la construcción de este interior amoroso, cálido y saludable, habremos de ver y soltar nuestro dolor. Deberemos,a la Luz de la conciencia ,iluminar todos nuestros rincones.

Las envidias que nos impiden el sano deseo de Ser, el sufrimiento voluntario que nos ata a un pasado que ya pasó, los rencores que no nos dejan ver la Luz ajena y la propia, los odios ocultos que nos separan del amor del otro.

En ese nido oculto y templado, aparecen dones que la Vida nos regaló y que nunca siquiera sospechamos tener, y que es nuestra tarea compartir con nuestro alrededor.

Y allí sí, nuestro entorno se hace más rico con nuestro tesoro, y los demás se animan a mostrar los suyos, y aparecen la paz y la abundancia que hemos deseado, y que hubimos de construir adentro del corazón para que se refleje afuera.


Emma Violeta Chauvy