miércoles, 2 de marzo de 2011

Humildad

11/02/11 - 02/03/11


Humildad



Ser humilde es, simplemente, ser quien una es. Ni más ni menos.



Ser humilde no es humillarse a sí misma, ni dejarse humillar. Eso es sencillamente necedad, porque humillarnos y dejarnos humillar crea resentimientos, que nos enferman y enferman el entorno. Dicho de otro modo, no me es útil ni a mi, ni a Dios, ni a la Tierra, ni a la Humanidad.



Ser humildes supone soltar la soberbia y soltar la víctima.



Es ser dignos y responsables a la vez de nuestra vida y de nuestro entorno, con la mayor luz que estemos dispuestos a recibir y a irradiar.



Es reconocer nuestra misión en esta vida, es conocer nuestros dones y compartirlos con amor e inteligencia.



Ser humildes es limpiar a fondo nuestro corazón y nuestra alma de oscuridades , descubrir allí los tesoros que estaban ocultos y compartirlos con alegría con quienquiera aparezca en nuestro camino de eterno peregrinaje.




Negar los tesoros interiores propios es humillarnos, negar los tesoros ajenos es humillar a otras y otros, y es necedad no reconocernos unos a otros . Me enriquezco con tus riquezas, toma las mías para tí. Y si no las tomas, camino hacia otro lado y las doy a quien quiera recibirlas.



Humildad implica la dignidad de reconocerme yo como Hija de la Vida, y actuar en consecuencia.



Que la Madre Vida nos acompañe en este sendero, y que seamos humildes y nos dejemos acompañar por las personas que Ella pone en nuestro andar y a nuestra disposición.



La Cruz del Sur guiará nuestro andar, y el paso será seguro, y alegre y dichosa la compañía.



Emma Violeta Chauvy