miércoles, 5 de septiembre de 2012









28/08/12


La Mansa


Llegó a mi patio con la cola entre las patas, pidiendo algo...algo...

Si algo me conmueve, es un ser humano o un animal que ha sido humillado y lastimado. Quizás porque viví la humillación de niña, quizás sencillamente porque mi alma no perdió su dulzura entre tanto ajetreo...

Apprivoise moi”, dijo el zorro al Principito.

Domestícame”.

Y comencé como dice este maestro del amor y las relaciones. Me acerqué despacio, le hablé con ternura...cada día un poco más cerca.

Casi todas las siestas viene a pedirme su porción de carne.

No sé, se asemeja mucho a mí.

Necesito ser aceptada y valorada con todo mi bagaje interior, que es extraño y rico a la vez. Necesito que se me acerquen despacito, paso a paso, para crear la confianza que tanto me faltó y que ahora reciclo en mí.

Hoy La Mansa comió de mi mano. Y después me festejó y se revolcó sobre su lomo de perra callejera.

Una tacuarita trina en el tapial, buscando un lugarcito especial para hacer su nido.

La lluvia que pasó esboza su perfume.

Todo vuelve a su orden primero y esencial.


2 comentarios:

  1. Precioso texto , gran obra, inmenso Amor ... felicitaciones por tu gran compañía ... besos
    RickyGlew

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