domingo, 5 de junio de 2011

Sofisticado y sencillo como un roble

05/06/11

Sofisticado y sencillo como un roble

Deseo compartir mi felicidad con un hombre sofisticado y sencillo como un roble.

Sereno, humilde, digno, altivo, noble, generoso, profundo, creador, cobijador, decidido a crecer.

Con raíces que se internen en la oscura humedad de la tierra, que se alimente de la femineidad intuitiva y salvaje de la noche propia. Que converse con teyús y lombrices, con hongos laboriosos y duendes sabios.

Que se sostenga, erguido y fuerte, viril y recio, en un tronco que desafíe tormentas y vendavales invernales.

Que sus ramas ostenten la prodigalidad de la nobleza, que den sombra al viajero, reparo al peregrino. Que sea compañero de juego de niños y niñas libres. Que sea habitado por calandrias y jilgueros, palomas y zorzales. Que avispas afanosas y defensoras de su miel cuelguen castillos aéreos de sus brazos.

Que sepa despojarse cada otoño de sus viejas ramas inútiles, de sus hojas de ayer, que sea socio del viento en su poda natural y cíclica.

Que sea divertido, que tenga semillas que usen sombreros con arabescos, que le cuente picardías a la brisa.

Que del ázoe del humus y de la luz del sol, cree ramas y vestidos de lentejuelas verdes de amor.

Que sea el puntal señero de la foresta. Que avise, en los primeros días de septiembre, la llegada de la primavera con sus despliegues de luz.

Que se multiplique en abundancias de alegría en toda la faz de la tierra.

Que sea árbol.

Que sea bosque.

Que sea vida.

Que sea.







Emma Violeta Chauvy

2 comentarios:

  1. Emma, muchas gracuas por compartir, muy bueno el blog! Espero poder participar de algun encuentro en algun momento! Un abrazo, Mariano!

    ResponderEliminar
  2. mucho de la sofisticación y sencillez la pondremos nosotras al idealizarlo tal vez y al ver esos aspectos aunque estén algo ocultos... yo también pienso en ese tipo de hombre y muchas veces lo descubro en mi hombre...

    ResponderEliminar