17/06/13
Buenas noticias, o
Haciendo el viaje del héroe
Dos ángeles viajeros andan por La
Paz.
Me los encontré hace un rato.
Estaban sentados en la vereda
comiendo tortas negras. En la esquina del semáforo de la entrada. La esquina
del noreste, frente a lo de Carlitos Jaime.
Pasaba yo para el puerto, y los vi
con sus mochilas rojas y negras. Jovencitos, casi adolescentes aún. Sucios,
pero luminosos. Nico y Franco, se hacen llamar estos ángeles. Hacen malabares
con unas pelotas de tenis. Y reparten sonrisas y buena onda.
--¿Viajando? –fue mi pregunta para
acortar las distancias. Y asienten.
--Suerte!!!—les deseé con mi
sonrisa cómplice de mujer cuarentona.
A la vuelta de mi diligencia, mi
corazón se conectó. Crucé la calle y les di un dinerillo.
Entablamos una pequeña conversación
amena. Nico era el lenguaraz, y Franco le hacía el soporte.
Habían salido, Nico de Mendoza y
Franco de La Pampa. Se encontraron en Córdoba, y llegaron a Iguazú.
Daban la impresión de no haber
tenido una buena ducha caliente en una quincena. Hermosos, igual. Radiantes.
Bellos. Sanos. Frescos. Y libres.
A veces, lloro. Lloro porque tengo
miedo de ver esta hermosa Pacha Mama que amo, más triste de lo que la veo a
veces. Y cuando le pido señales al Cielo de que mis sueños son el buen camino, me contesta así.
Y envía dos seres ricos, con olor a
intensidad, que me brindan una bocanada
de amor, fe y esperanzas.
Mis ojos, cansados generalmente,
tenían alivio y un nuevo brillo cuando
llegué a casa.
Las cosas vuelven a su lugar
saludable y original.
Excelente relato , estupenda vivencia
ResponderEliminarGracias, Ricky, faltó la foto...ahora mismo pongo la camarita en la cartera...son unos jóvenes preciosos!!!
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